sábado, 8 de octubre de 2011

ABC realiza un reportaje sobre el lamentable estado de muchos cuarteles en Madrid

Casi tres años después del convenio por el que Rubalcaba iba a reformar los puestos de la Guardia Civil, poco se ha hecho. La mitad se cae a pedazos 

Calabozos clausurados por atentar contra los derechos humanos, grietas en las paredes, basura acumulada donde debía haber coches oficiales, instalaciones de los años 40, goteras, desconchones por doquier, puertas sin cerradura, ventanas rotas... Es la situación que se vive en la mitad de los 60 puestos que la Guardia Civil tiene en la Comunidad de Madrid, según denuncia la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC-Madrid). De poco ha servido hasta la fecha el protocolo de actuación rubricado en 2009 entre el entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la presidenta regional, Esperanza Aguirre. El Gobierno autonómico no tenía obligación de financiar estas actuaciones, pero aquellos tiempos eran de bonanza económica y se trataba de inversiones de interés general que iban a ser sufragadas con los fondos del Plan Prisma.

Aquel 28 de julio, el acto de la firma acabó con el actual candidato por el PSOE a la Presidencia del Gobierno soplando las velas de la tarta de su 58 aniversario. Aguirre le cantaba «Cumpleaños feliz». Pero más de dos años después, aquella estampa de alegría no se ha traducido en las pretendidas mejoras en infraestructuras de seguridad tan básicas. Veamos algunos ejemplos.

Entrar en el puesto de Anchuelo es como viajar en la máquina del tiempo. La casona que lo acoge está junto a un pequeño solar abandonado, cerrado con una pequeña verja y un cerrojo cualquiera. Las medidas de seguridad son muy escasas. Al franquear la puerta del cuartel, lo primero que encontramos en la finca son cuatro pequeños cobertizos, con las paredes encaladas y puertas pintadas de verde. No sabemos si son antiguas letrinas, viejos calabozos o simplemente trasteros; pero lo que parece seguro es que nadie les ha dado una mano de pintura en décadas. 

Peores son aún las muchas grietas que amenazan las paredes. En el suelo, por ejemplo, de la entrada a la oficina de denuncias es fácil caerse, pues faltan baldosas, incluso en un escalón. En cuanto al único cuarto de baño de esa zona pública, es «uni-sex»: deben compartirlo hombres y mujeres, tanto guardias como ciudadanos que acudan a las instalaciones. 

El cuartel de San Martín de la Vega data de 1940. Ya lo dice la propia gente del pueblo: «Lo cojas por donde lo cojas, da vergüenza». Las paredes están agrietadas y en zonas como el acceso, directamente, faltan trozos. Lo que sobra, eso sí, es suciedad. Las oficinas son cuartuchos pequeños, con mobiliario obsoleto. Los ocho pabellones carecen de calefacción, las ventanas son de madera (en muy mal estado), carcomidas por insectos y con persianas enrollables antiquísimas. 

Los techos sufren humedades y goteras; las tuberías de los baños, de plomo, se atascan. La puerta exterior está siempre abierta, pues tiene un descuadre en las banderolas que impide su cierre, además de carecer de cerradura. La siguiente puerta se puede abrir de una patada, denuncia la asociación profesional. 

Reformas municipales En Cenicientos, el patio está en pésimas condiciones, tampoco hay calefacción y por las viejas ventanas de aluminio entra aire. La última reforma es de 1994 y fue realizada por el propio Ayuntamiento. Porque esa es una constante, añade AUGC-Madrid: «Algunas unidades están recibiendo un lavado de cara, mediante material de oficina gracias a los ayuntamientos, que son quienes costean todos los gastos de estas reformas, ya sea de pintura, vallado, etcétera». 

El caso de Valdemoro es curioso. Siendo uno de los puestos principales en la Comunidad de Madrid, estaba previsto que fuera uno de los diez cuarteles de nueva construcción, según el acuerdo de colaboración entre Interior y Comunidad. 

Aún está en obras. Pese a ello, la Asociación Unificada de Guardias Civiles de Madrid denuncia la falta de calefacción en el vestuario. «En cambio, en el bar, hay muchas neveras y congeladores para las comidas» de algunos mandos, aseguran desde la entidad asociativa. En el destacamento de Cuatro Vientos, la parte de las instalaciones que dependen de AENA tienen un mobiliario renovado, incluidas las dependencias fiscales. En cambio, las áreas de Seguridad, correspondientes a la Guardia Civil, nunca han visto sus muebles repuestos. 

Las inundaciones en Rivas Vacia-madrid son una constante cada vez que llueve. Sobre todo, la zona del garaje y de los vestuarios. Por cierto, que esta área de vestidores no es suficiente para todos, puesto que al menos diez agentes han de cambiarse de ropa en el pasillo. La oficina de denuncias carece de aire acondicionado desde hace dos años. El último ejemplo es el del puesto de Lozoyuela. Desde que hace un año una tormenta rompió varias tejas de la cubierta, que nadie ha arreglado, las goteras no cesan. Y eso que se reformó en 2007. 

El convenio, papel mojado En noviembre de 2008, Rubalcaba y Aguirre firmaron un protocolo de cooperación con vigencia entre 2008 y 2011 en el que ambas administraciones sufragaban a partes iguales los 60 millones de euros en obras de reforma y de nuevos cuarteles. En julio de 2008, quedaron estipuladas las directrices bajo las que se actuaría. Así, Colmenar Viejo, Majadahonda, Villaviciosa de Odón, San Martín de Valdeiglesias, Valdemoro, Villarejo de Salvanés, Arganda del Rey, Algete, Meco y Estremera contarían con nuevas sedes. Hasta hoy, sólo se está levantando el de Valdemoro. El de Colmenar al final se ha rehabilitado y el de Majadahonda ocupa el edificio que antes era de un centro de salud. Y el listado de los 24 que se iban a renovar son: Villa del Prado, Robledo de Chavela, Navas del Rey, Aldea del Fresno, Cenicientos, Villamanta, To-rrelodones, Ciempozuelos, Morata, Griñón, Fuentidueña, Carabaña, Miraflores, Los Molinos, Torrelaguna, Valdetorres del Jarama y Cerceda. 


La inacción ministerial en este sentido no sólo ha afectado a instalaciones de la Benemérita. El mismo protocolo estipulaba nuevas comisarías del Cuerpo Nacional de Policía en el Campus de la Justicia (finalmente, el proyecto judicial se paralizó por la crisis), Vicálvaro (comparte distrito policial con San Blas) Fuencarral (en obras) y Móstoles (estrenada).